martes, 11 de agosto de 2015

CULTURA DE NARIÑO

LA CULTURA DE NARIÑO
Como se mencionó en la sección Información General de Nariño, los pobladores actuales de la zona son en su mayoría mestizos descendientes de los habitantes originales y los inmigrantes españoles. En la costa pacífica, por su parte, predominan los afrocolombianos.
Las comunidades indígenas que lo habitaron las montañas nariñenses eran, descendientes de los Incas y hablantes de Quechua en el altiplano. La migración española y el mestizaje, la población africana traída para trabajar en las minas, hoy afro descendiente instalada en las riberas de la vertiente del pacífico y con derechos territoriales (consejos comunitarios), han generado una gran diversidad cultural a la zona, que se observan en expresiones materiales (gastronomía, arquitectura, modos de cultivar la tierra) e inmateriales (fiestas, tradiciones, etc.)
Este legado se materializa hoy en el trabajo de ebanistas y talladores que trabajan artesanías con madera, hilo y lana utilizando técnicas prehispánicas como el Barniz de Pasto. Así mismo,  se destacan obras musicales, artesanales, gastronómicas y teatrales en manos de nuevos artistas locales que buscan difundir su cultura a nivel nacional e internacional. Entre ellos están Issac Santacruz (en el arte), y Doña Maruja Hinestroza de Rosero (en la música, compositora del pasillo “El Cafetero”)
El altiplano nariñense es una fría y quebrada zona montañosa, ubicada a 3000 metros sobre el nivel del mar muy cerca a los actuales límites entre Colombia y Ecuador. 
Unos siglos antes de la llegada de los españoles, el altiplano formó parte de una extensa área cultural conformada por la etnia de los Pastos quienes ocupaban el territorio comprendido entre el valle del Chota, en la provincia del Carchi en el Ecuador, y los altiplanos de Túquerres e Ipiales y el valle alto del río Guáitara en Colombia. 

En la periferia de este vasto territorio habitaban una serie de grupos de disímil nivel de desarrollo como los Abades, los Quillácingas y los Sindaguas, entre otros. Se han definido dos complejos cerámicos distintos.
Sorprende el perfeccionamiento de su técnica alfarera y orfebre por sus formas, decoración y acabados. Lograron verdaderas representaciones escenográficas de su fauna, y de diversos aspectos de su vida cotidiana. Se distinguen dentro de su producción tres estilos de pintura negativa, positiva y policroma, los cuales se extendieron hasta el Ecuador. 

Sobresalen por su belleza las copas de base de baja, paredes gruesas, decoradas con pintura negativa negra sobre rojo, y las crema con diseños pintados en positivo rojo y blanco, así como las de color marfil con decoración policroma a base de técnica mixta positiva y negativa. Las profundas tumbas donde enterraban a sus muertos con abundante ajuar, suponen un complejo mundo ritual y espiritual, así como el ajuar diferencial con vasijas rústicas hablan de una diferencia social y de rango.

La cultura Nariño o Capulí es una cultura arqueológica ubicada hacia el siglo VII en el frío altiplano andino en la frontera entre Colombiay Ecuador, en el actual Departamento de Nariño. Esta cultura que enterró a sus caciques en tumbas con profundidades de hasta 30 o 40 m, mantuvo relaciones comerciales con los pobladores de la cuenca amazónica y el litoral del Pacífico. Trabajaron el oro fino por martillado, con técnicas semejantes a las del suroccidente colombiano.
Simultáneamente, la región fue ocupada por otro grupo, los Piartal, cuyos objetos de cerámica, madera, textiles y piezas de orfebrería, sorprenden por el refinamiento de su diseño y por su técnica única en el panorama orfebre del país. Sus descendientes, conocidos como Tuza, sintieron la tardía influencia de los Imperio incaico, y aún habitaban la zona en la época de la conquista española

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